La producción de textos es el acto de exponer con palabras las ideas sobre un determinado tema. Saber escribir un texto puede ser un requisito para conseguir un trabajo y un lugar en la universidad. Esto se debe a que la gente que escribe buenos textos puede expresarse mejor.
Vale la pena recordar que el hábito de la lectura es esencial para producir un buen texto. Mientras leemos ampliaremos nuestro vocabulario y, en consecuencia, nuestro universo interpretativo. En otras palabras, con el acto de leer estamos aumentando nuestra capacidad de entender mejor todo lo que nos rodea. Pero hay ciertas pautas para escribir un texto de calidad que te la mencionamos, tales como:
1. Planea tu texto
Gran parte del éxito de un texto está sin duda en su planificación. Al igual que un arquitecto no comienza ningún trabajo sin antes diseñarlo, así debemos proceder cuando tenemos que escribir un texto, ya sea una carta de presentación, un correo electrónico profesional o un artículo científico.
Entonces, ¿cuáles son los pasos a seguir para construir un buen texto?
- Define el tipo de texto que vas a escribir y los objetivos según el destinatario.
- Haz una lista (o esquema) de las ideas o temas, sin preocuparte por el orden.
- Organiza estos temas, seleccionando los relevantes y eliminando los superfluos.
- Estructura el texto en tres partes: introducción, desarrollo y conclusión e incluye en cada una de estas partes los temas seleccionados.
2. Elija las palabras correctas y efectivas
Las palabras son la materia prima de la comunicación, por lo que debemos elegirlas cuidadosamente según nuestro interlocutor. Escribimos a los que nos leen, y por lo tanto debemos poner el interés del lector por encima de todo.
Para que cualquier texto sea eficaz y cumpla su propósito, las palabras no deben ser difíciles y desconocidas, ya que dificultan la comprensión del mensaje y desmotivan a quienes lo leen. Por ejemplo, ¿por qué usar la palabra «impedimento» si puedes elegir obstaculizado? ¿O por qué elegir hacer el verbo peor si el verbo es mucho más simple? Evita el uso exhibicionista de palabras demasiado eruditas y complicadas y opta siempre por palabras sencillas, comunes y reconocidas instantáneamente por el lector.
La elección de las palabras correctas y efectivas es una garantía del éxito de su texto.
3. Sea claro, breve y objetivo
Escribir bien es de orden, pero sobre todo, ser capaz de captar la atención de los que lo leen. Los textos largos y demasiadas palabras son la excusa perfecta para que el lector abandone la lectura, así que si quieres mantenerla de principio a fin, ¡sé claro, breve y objetivo!
La claridad es, sin duda, una cualidad central de la comunicación escrita efectiva! Los que leen quieren entender inmediatamente lo que leen; quieren evitar volver una y otra vez; quieren leer con placer y sin esfuerzo. Las frases demasiado largas dificultan el procesamiento del mensaje, por lo que hay que utilizar frases cortas, en orden directo (sujeto, predicado, complementos), para que se entiendan fácilmente en la primera lectura.
Haz la vida más fácil para tu lector. ¡Le estará muy agradecido!
4. Articula bien tu texto.
Otra cualidad central de un texto es su cohesión. Si tu texto va a ser una unidad cohesiva y no un conjunto de frases «sueltas y desconectadas», debemos usar palabras que aseguren la articulación lógica entre las frases y los párrafos. Esta articulación es conferida por los articuladores discursivos, que son palabras que tienen la función de encadenar las ideas de un texto, dándole un hilo conductor. Veamos algunos de los más frecuentes:
Expresar una opinión: «en mi opinión, considero que…»; subrayar: «efectivamente, de hecho…»; llamar la atención sobre: «considérese, obsérvese…»; mostrar oposición: «sin embargo, no obstante…». Y para concluir: «en conclusión, finalmente…».
Estos son algunos de los conectores que permiten un encadenamiento lógico entre las frases y los párrafos, facilitando la comprensión del texto a su lector.
5. Puntúe bien su texto
Otro mecanismo que asegura la cohesión textual es la puntuación. La puntuación es la especia del texto, pero mal usada puede ser un verdadero desastre. Cuando el lector se tropieza con un número de comas, paréntesis y sangrías, termina perdiendo el hilo de la lectura.
Y una coma menos también puede ser un gran problema: puede cambiar drásticamente el significado de una frase. Presten atención a la regla más importante: nunca separes el sujeto del predicado por una coma, o el verbo de sus complementos! ¡Nunca!
Memoriza este principio: los elementos centrales de la comunicación nunca están separados por una coma. Y la máxima «menos es más» funciona muy bien cuando hablamos de puntuación.
6. Haz un impacto con tu texto
Un texto puede estar irreprochablemente bien escrito, respetando todas las reglas ortográficas, sintácticas, de puntuación y aún así no tener impacto en el lector.
Cualquier tipo de texto tiene una intención: un texto didáctico enseña; una noticia informativa; una novela emocional, etc. Para que cada uno de estos objetivos se cumpla, el texto debe contener marcas estilísticas que toquen e inspiren al lector y, en ciertos casos, lo lleven a realizar una determinada acción.
El lenguaje tiene varios mecanismos que contribuyen al embellecimiento y al impacto de un texto. ¿Objetivo? ¡Sólo para embellecer y mejorar!
Uno de los recursos estilísticos más eficaces en la comunicación es la metáfora, que pretende dar un significado figurativo a las palabras. Adornar el texto de manera equilibrada es, por lo tanto, el sexto paso hacia su éxito.
7. Elimina los errores que manchan tu texto.
Escribir sin errores ortográficos o gramaticales es uno de los mayores retos para los que escriben. Las palabras mal escritas pueden ser un verdadero obstáculo para la comunicación: pueden causar malentendidos, ambigüedades y traer alguna incomodidad. Si, por ejemplo, escribes «Ay siertos errores de ortografia que perjudican tu texto. Estas cometiendo varios errores otrográficos graves que te dejan muy mal parado de tu conocimiento de la lengua.
¿Y ahora qué?
Guarda estos consejos y nunca olvides: Escribir bien es una tarea difícil pero posible! La correcta elección de las palabras y su buena articulación seguramente te ayudarán a elevar tu comunicación escrita a un nivel de excelencia, proyectando una imagen personal y profesional siempre creíble.