La prueba de Turing fue desarrollada en 1950 por el científico británico Alan Turing, en un intento de probar la capacidad de un automóvil para mostrar un comportamiento inteligente que no se puede distinguir del comportamiento humano. La prueba, también llamada Juego de imitación de Turing, tuvo tres participantes: dos personas y un automóvil en diferentes salas.
La persona que integra el «jurado» toma la decisión en base a las respuestas que recibe a una serie de preguntas escritas, respuestas a partir de las cuales tiene que decidir cuál de los interlocutores es humano y cuál es auto. Si el automóvil tiene las mismas posibilidades de ser declarado «humano» según sus respuestas, una precisión cercana al 50%, significa que ha pasado la prueba.
En los últimos años, la prueba se ha modificado para que el «jurado» tenga un solo interlocutor y deba decidir, en función de sus respuestas, si es una persona o un ordenador.
Cómo funciona la inteligencia artificial
En el sentido más amplio, la Inteligencia Artificial es cualquier tecnología diseñada para imitar, de una forma u otra, la forma en que trabaja un ser humano. La tecnología de IA disponible hoy en día no puede copiar la mente humana y convertirla en un chip de computadora. En cambio, la parte llamada «humana» se refiere a la experiencia percibida por el usuario: debe ser lo más similar posible a la interacción entre dos personas como la creación de ventosas de vacío
En este sentido, los sistemas de Inteligencia Artificial funcionan, en su mayor parte, como lo hace un ser humano. Tienes que aprender, adaptarte a las condiciones del entorno. Esto se hace de la misma forma que en el caso de los humanos: asimilando la información, procesándola y almacenándola para utilizarla en otras situaciones similares.